sábado, 12 de mayo de 2012

COMENTARIO DEL SALMO 7


SALMO VII
Versículos 1—9. El salmista ora a Dios para que alegue su causa y juzgue
por él. 10—17. Él expresa confianza en Dios y le dará la gloria de su
liberación.
Vv. 1—9. David huye a Dios en busca de socorro. Pero solo Cristo puede
invocar al Cielo para que atestigue su rectitud en todas las cosas. Todas sus
obras fueron hechas en justicia y el príncipe de este mundo no encontró
nada de qué acusarlo justamente. Pero por nosotros Él sufrió todos los
males, sometiéndose a ser acusado de culpa, pero siendo inocente, triunfó
sobre todos ellos. El alegato es “porque el Dios justo prueba la mente y el
corazón”. Él conoce la maldad secreta del malo y cómo llevarla a un fin; Él es
el testigo de la sinceridad secreta del justo y tiene maneras de establecerla.
—Cuando un hombre ha hecho la paz con Dios por todos sus pecados, en
función de la gracia y la misericordia, por medio del sacrificio del Mediador,
puede apelar a la justicia de Dios para decidir, en contraste con sus
enemigos.
Vv. 10—17. David confía que hallará a Dios, su poderoso Salvador. La
conversión de los pecadores puede evitar su destrucción; porque la amenaza
es que si no se convierte de su mal camino, que espere su ruina. Pero entre
las amenazas de la ira, tenemos un ofrecimiento bondadoso de misericordia.
Dios advierte a los pecadores de su peligro y les da lugar a que se
arrepientan y lo impidan. Él es lento para castigar y muy paciente con
nosotros y no quiere que nadie perezca. Se describe al pecador en los
versículos 14—16, como esforzándose más por arruinar su alma que por
salvarla, si fuera bien dirigido. En un sentido, esto es verdad en todos los
pecadores. Miremos al Salvador en todas nuestras tribulaciones. Bendito
Señor, danos gracia para mirarte en el camino de la tribulación, ir ante tu
iglesia y tu pueblo, marcando el camino por tu propio ejemplo inmaculado. En
todas las persecuciones en que nuestras tribulaciones menores marcan
nuestro camino, que el mirar a Jesús anime nuestra mente y consuele
nuestro corazón.

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 7


Los Salmos
Capítulo 07
7:1 Jehová Dios mío, en ti he confiado;
Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame,
7:2 No sea que desgarren mi alma cual león,
Y me destrocen sin que haya quien me libre.
7:3 Jehová Dios mío, si yo he hecho esto,
Si hay en mis manos iniquidad;
7:4 Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo
(Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo),
7:5 Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;
Huelle en tierra mi vida,
Y mi honra ponga en el polvo. Selah
7:6 Levántate, oh Jehová, en tu ira;
Alzate en contra de la furia de mis angustiadores,
Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7:7 Te rodeará congregación de pueblos,
Y sobre ella vuélvete a sentar en alto.
7:8 Jehová juzgará a los pueblos;
Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia,
Y conforme a mi integridad.
7:9 Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo;
Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
7:10 Mi escudo está en Dios,
Que salva a los rectos de corazón.
7:11 Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
7:12 Si no se arrepiente, él afilará su espada;
Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
7:13 Asimismo ha preparado armas de muerte,
Y ha labrado saetas ardientes.
7:14 He aquí, el impío concibió maldad,
Se preñó de iniquidad,
Y dio a luz engaño.
7:15 Pozo ha cavado, y lo ha ahondado;
Y en el hoyo que hizo caerá.
7:16 Su iniquidad volverá sobre su cabeza,
Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
7:17 Alabaré a Jehová conforme a su justicia,
Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.

viernes, 11 de mayo de 2012

COMENTARIO DEL SALMO 6

SALMO VI
Versículos 1—7. El salmista suplica contra la ira de Dios y ruega el retorno
de su favor. 8—10. Se asegura una respuesta de paz.
Vv. 1—7. Estos versículos hablan el lenguaje de un corazón verdaderamente
humillado, de un espíritu quebrantado y contrito bajo grandes aflicciones,
enviada para despertar la conciencia y mortificar la corrupción. La
enfermedad le trajo a su memoria el pecado y la consideró como señal del
desagrado de Dios. La aflicción de su cuerpo será tolerable, si tiene consuelo
en su alma. La queja más dolorosa de Cristo en sus padecimientos, fue la
aflicción de su alma y la falta de la sonrisa de su Padre. —Cada página de la
Escritura proclama el hecho de que la salvación pertenece sólo al Señor. El
hombre es pecador, cuyo caso sólo puede ser alcanzado por la misericordia;
y nunca la misericordia se destaca más que al restaurar a los descarriados.
—Podemos orar con buena razón que si es voluntad de Dios, y si Él aún
tiene alguna obra para que nosotros o nuestros amigos hagamos en este
mundo, nos salve la vida o los salve para servirle aún. Irse y estar con Cristo
es lo más dichoso para los santos, pero quedarse en la carne es más
provechoso para la iglesia.
Vv. 8—10. ¡Qué cambio súbito hay aquí! Habiendo dado a conocer su
pedido a Dios, el salmista está confiado en que su pena se convertirá en
gozo. Por la obra de la gracia de Dios en el corazón, él sabe que su oración
es aceptada y no duda que será contestada a su debido tiempo. Sus
oraciones serán aceptadas, viniendo de las manos de Cristo el Mediador. La
palabra significa oración elevada a Dios, el Juez justo, como Dios de su
justicia, el cual iba a defender su causa e iba a enderezar sus errores. El
creyente puede ir a Dios como Dios justo, por medio de la sangre y la justicia
de Cristo, y rogarle perdón y limpieza, porque Él es fiel y justo de darlas. Ora
por la conversión de sus enemigos, o anuncia su destrucción.

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 6

Los Sal
Los Salmos

Capítulo 06

6:1 Jehová, no me reprendas en tu enojo,
Ni me castigues con tu ira.
6:2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti;
En el Seol, ¿quién te alabará?
6:6 Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.
6:7 Mis ojos están gastados de sufrir;
Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
6:8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;
Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
6:9 Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
6:10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;
Se volverán y serán avergonzados de repente.

mos


Capítulo 06

6:1 Jehová, no me reprendas en tu enojo,
Ni me castigues con tu ira.
6:2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
6:3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6:4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.
6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti;
En el Seol, ¿quién te alabará?
6:6 Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.
6:7 Mis ojos están gastados de sufrir;
Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
6:8 Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;
Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
6:9 Jehová ha oído mi ruego;
Ha recibido Jehová mi oración.
6:10 Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos;
Se volverán y serán avergonzados de repente.

jueves, 10 de mayo de 2012

EL LIBRO DE LOS SALMOS , SALMO 5


Los Salmos
Capítulo 05
5:1 Escucha, oh Jehová, mis palabras;
Considera mi gemir.
5:2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
Porque a ti oraré.
5:3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
5:4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad;
El malo no habitará junto a ti.
5:5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
5:6 Destruirás a los que hablan mentira;
Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
5:7 Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa;
Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.
5:8 Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos;
Endereza delante de mí tu camino.
5:9 Porque en la boca de ellos no hay sinceridad;
Sus entrañas son maldad,
Sepulcro abierto es su garganta,
Con su lengua hablan lisonjas.
5:10 Castígalos, oh Dios;
Caigan por sus mismos consejos;
Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera,
Porque se rebelaron contra ti.
5:11 Pero alégrense todos los que en ti confían;
Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes;
En ti se regocijen los que aman tu nombre.
5:12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo;
Como con un escudo lo rodearás de tu favor.

COMENTARIO DEL SALMO 5


SALMO V
Versículos 1—6. Dios oirá ciertamente la oración: David da la gloria a Dios y
se queda con el consuelo. 7—12. Él oró por sí mismo que Dios le guiara,
y por todo el pueblo del Señor, que Dios les diera gozo y los mantuviera a
salvo.
Vv. 1—6. Dios es un Dios que oye la oración. Siempre ha sido así, y sigue
como siempre dispuesto a oír la oración. El principio más alentador de la
oración y el ruego más poderoso es mirarlo a Él como nuestro Rey y nuestro
Dios. David también ora a un Dios que odia el pecado. El pecado es necedad
y los pecadores son los más grandes de los necios; necios por propia
hechura. La gente mala odia a Dios; son justamente odiados por Él, y esta
será su miseria y su ruina eterna. Aprendamos la importancia de la verdad y
de la sinceridad en todos los asuntos de la vida. Los mentirosos y los
asesinos se parecen al diablo y son sus hijos, por tanto, bien puede
esperarse que Dios los aborrezca. Este era el carácter de los enemigos deDavid y, como tales, siguen siendo enemigos de Cristo y de su pueblo.
Vv. 7—12. David solía orar a solas, aunque era muy constante para ir a la
adoración pública. La misericordia de Dios siempre debe ser el fundamento
de nuestra esperanza y de nuestro gozo en todo que tengamos que hacer
con Él. —Aprendamos a orar, no sólo por nosotros, también por los demás;
que la gracia sea con todos los que aman a Cristo con sinceridad. La divina
bendición desciende sobre nosotros por medio de Jesucristo, el recto o el
justo, de la manera que antes venía sobre Israel por medio de David, a quien
Dios protegió y puso en el trono. Tú, oh Cristo, eres el Salvador justo, eres el
Rey de Israel, eres la fuente de bendición para todos los creyentes; tu favor
es la defensa y la protección de tu iglesia.