sábado, 1 de enero de 2011

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 66

Salmo 66

Al Músico principal: Cántico: Salmo.


1ACLAMAD á Dios con alegría, toda la tierra:

2Cantad la gloria de su nombre:

Poned gloria en su alabanza.

3Decid á Dios: ¡Cuán terribles tus obras!

Por lo grande de tu fortaleza te mentirán tus enemigos.

4Toda la tierra te adorará,

Y cantará á ti;

Cantarán á tu nombre. (Selah.)

5Venid, y ved las obras de Dios,

Terrible en hechos sobre los hijos de los hombres.

6Volvió la mar en seco;

Por el río pasaron á pie;

Allí en él nos alegramos.

7El se enseñorea con su fortaleza para siempre:

Sus ojos atalayan sobre las gentes:

Los rebeldes no serán ensalzados. (Selah.)

8Bendecid, pueblos, á nuestro Dios,

Y haced oir la voz de su alabanza.

9El es el que puso nuestra alma en vida,

Y no permitió que nuestros pies resbalasen.

10Porque tú nos probaste, oh Dios:

Ensayástenos como se afina la plata.

11Nos metiste en la red;

Pusiste apretura en nuestros lomos.

12Hombres hiciste subir sobre nuestra cabeza;

Entramos en fuego y en aguas,

Y sacástenos á hartura.

13Entraré en tu casa con holocaustos:

Te pagaré mis votos,

14Que pronunciaron mis labios,

Y habló mi boca, cuando angustiado estaba.

15Holocaustos de cebados te ofreceré,

Con perfume de carneros:

Sacrificaré bueyes y machos cabríos. (Selah.)

16Venid, oid todos los que teméis á Dios,

Y contaré lo que ha hecho á mi alma.

17A él clamé con mi boca,

Y ensalzado fué con mi lengua.

18Si en mi corazón hubiese yo mirado á la iniquidad,

El Señor no me oyera.

19Mas ciertamente me oyó Dios;

Antendió á la voz de mi súplica.

20Bendito Dios,

Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

viernes, 31 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 65

Salmo 65

Al Músico principal: Salmo: Cántico de David.


1A TI es plácida la alabanza en Sión, oh Dios:

Y á ti se pagarán los votos.

2Tú oyes la oración:

A ti vendrá toda carne.

3Palabras de iniquidades me sobrepujaron:

Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.

4Dichoso el que tú escogieres, é hicieres llegar á ti,

Para que habite en tus atrios:

Seremos saciados del bien de tu casa,

De tu santo templo.

5Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú,

Oh Dios de nuestra salud,

Esperanza de todos los términos de la tierra,

Y de los más remotos confines de la mar.

6Tú, el que afirma los montes con su potencia,

Ceñido de valentía:

7El que amansa el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas,

Y el alboroto de las gentes.

8Por tanto los habitadores de los fines de la tierra temen de tus maravillas.

Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

9Visitas la tierra, y la riegas:

En gran manera la enriqueces

Con el río de Dios, lleno de aguas:

Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.

10Haces se empapen sus surcos,

Haces descender sus canales:

Ablándasla con lluvias,

Bendices sus renuevos.

11Tú coronas el año de tus bienes;

Y tus nubes destilan grosura.

12Destilan sobre las estancias del desierto;

Y los collados se ciñen de alegría.

13Vístense los llanos de manadas,

Y los valles se cubren de grano:

Dan voces de júbilo, y aun cantan.

jueves, 30 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 64

Salmo 64

Al Músico principal: Salmo de David.


1ESCUCHA, oh Dios, mi voz en mi oración:

Guarda mi vida del miedo del enemigo.

2Escóndeme del secreto consejo de los malignos;

De la conspiración de los que obran iniquidad:

3Que amolaron su lengua como cuchillo,

Y armaron por su saeta palabra amarga;

4Para asaetear á escondidas al íntegro:

De improviso lo asaetean, y no temen.

5Obstinados en su inicuo designio,

Tratan de esconder los lazos,

Y dicen: ¿Quién los ha de ver?

6Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta;

Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como el corazón, es profundo.

7Mas Dios los herirá con saeta;

De repente serán sus plagas.

8Y harán caer sobre sí sus mismas lenguas:

Se espantarán todos los que los vieren.

9Y temerán todos los hombres,

Y anunciarán la obra de Dios,

Y entenderán su hecho.

10Alegraráse el justo en Jehová, y confiaráse en él;

Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 63

Salmo 63

Salmo de David, estando en el desierto de Judá.


1DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti de mañana:

Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea,

En tierra de sequedad y transida sin aguas;

2Para ver tu fortaleza y tu gloria,

Así como te he mirado en el santuario.

3Porque mejor es tu misericordia que la vida:

Mis labios te alabarán.

4Así te bendeciré en mi vida:

En tu nombre alzaré mis manos.

5Como de meollo y de grosura será saciada mi alma;

Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

6Cuando me acordaré de ti en mi lecho,

Cuando meditaré de ti en las velas de la noche.

7Porque has sido mi socorro;

Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

8Está mi alma apegada á ti:

Tu diestra me ha sostenido.

9Mas los que para destrucción buscaron mi alma,

Caerán en los sitios bajos de la tierra.

10Destruiránlos á filo de espada;

Serán porción de las zorras.

11Empero el rey se alegrará en Dios;

Será alabado cualquiera que por él jura:

Porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.

martes, 28 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 62

Salmo 62

Al Músico principal: á Jeduthúm: Salmo de David.


1EN Dios solamente está callada mi alma:

De él viene mi salud.

2El solamente es mi fuerte, y mi salud;

Es mi refugio, no resbalaré mucho.

3¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre?

Pereceréis todos vosotros,

Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa.

4Solamente consultan de arrojarle de su grandeza;

Aman la mentira,

Con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.)

5Alma mía, en Dios solamente reposa;

Porque de él es mi esperanza.

6El solamente es mi fuerte y mi salud:

Es mi refugio, no resbalaré.

7En Dios está mi salvación y mi gloria:

En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.

8Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;

Derramad delante de él vuestro corazón:

Dios es nuestro amparo. (Selah.)

9Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón:

Pesándolos á todos igualmente en la balanza,

Serán menos que la vanidad.

10No confiéis en la violencia,

Ni en la rapiña; no os envanezcáis:

Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.

11Una vez habló Dios;

Dos veces he oído esto:

Que de Dios es la fortaleza.

12Y de ti, oh Señor, es la misericordia:

Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra.

lunes, 27 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 61

Salmo 61

Al Músico principal: sobre Neginoth: Salmo de David.


1OYE, oh Dios, mi clamor;

A mi oración atiende.

2Desde el cabo de la tierra clamaré á ti, cuando mi corazón desmayare:

A la peña más alta que yo me conduzcas.

3Porque tú has sido mi refugio,

Y torre de fortaleza delante del enemigo.

4Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre:

Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.

5Porque tú, oh Dios, has oído mis votos,

Has dado heredad á los que temen tu nombre.

6Días sobre días añadirás al rey:

Sus años serán como generación y generación.

7Estará para siempre delante de Dios:

Misericordia y verdad prepara que lo conserven.

8Así cantaré tu nombre para siempre,

Pagando mis votos cada día.

domingo, 26 de diciembre de 2010

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 60

Salmo 60

Al Músico principal: sobre Susan-Heduth: Michtam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, é hirió de Edom en el valle de las Salina doce mil.


1OH Dios, tú nos has desechado, nos disipaste;

Te has airado: vuélvete á nosotros.

2Hiciste temblar la tierra, abrístela:

Sana sus quiebras, porque titubea.

3Has hecho ver á tu pueblo duras cosas:

Hicístenos beber el vino de agitación.

4Has dado á los que te temen bandera

Que alcen por la verdad. (Selah.)

5Para que se libren tus amados,

Salva con tu diestra, y óyeme.

6Dios pronunció por su santuario; yo me alegraré;

Partiré á Sichêm, y mediré el valle de Succoth.

7Mío es Galaad, y mío es Manasés;

Y Ephraim es la fortaleza de mi cabeza;

Judá, mi legislador;

8Moab, la vasija de mi lavatorio;

Sobre Edom echaré mi zapato:

Haz júbilo sobre mí, oh Palestina.

9¿Quién me llevará á la ciudad fortalecida?

¿Quién me llevará hasta Idumea?

10Ciertamente, tú, oh Dios, que nos habías desechado;

Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos.

11Danos socorro contra el enemigo,

Que vana es la salud de los hombres.

12En Dios haremos proezas;

Y él hollará nuestros enemigos.