jueves, 10 de mayo de 2012

COMENTARIO DEL SALMO 5


SALMO V
Versículos 1—6. Dios oirá ciertamente la oración: David da la gloria a Dios y
se queda con el consuelo. 7—12. Él oró por sí mismo que Dios le guiara,
y por todo el pueblo del Señor, que Dios les diera gozo y los mantuviera a
salvo.
Vv. 1—6. Dios es un Dios que oye la oración. Siempre ha sido así, y sigue
como siempre dispuesto a oír la oración. El principio más alentador de la
oración y el ruego más poderoso es mirarlo a Él como nuestro Rey y nuestro
Dios. David también ora a un Dios que odia el pecado. El pecado es necedad
y los pecadores son los más grandes de los necios; necios por propia
hechura. La gente mala odia a Dios; son justamente odiados por Él, y esta
será su miseria y su ruina eterna. Aprendamos la importancia de la verdad y
de la sinceridad en todos los asuntos de la vida. Los mentirosos y los
asesinos se parecen al diablo y son sus hijos, por tanto, bien puede
esperarse que Dios los aborrezca. Este era el carácter de los enemigos deDavid y, como tales, siguen siendo enemigos de Cristo y de su pueblo.
Vv. 7—12. David solía orar a solas, aunque era muy constante para ir a la
adoración pública. La misericordia de Dios siempre debe ser el fundamento
de nuestra esperanza y de nuestro gozo en todo que tengamos que hacer
con Él. —Aprendamos a orar, no sólo por nosotros, también por los demás;
que la gracia sea con todos los que aman a Cristo con sinceridad. La divina
bendición desciende sobre nosotros por medio de Jesucristo, el recto o el
justo, de la manera que antes venía sobre Israel por medio de David, a quien
Dios protegió y puso en el trono. Tú, oh Cristo, eres el Salvador justo, eres el
Rey de Israel, eres la fuente de bendición para todos los creyentes; tu favor
es la defensa y la protección de tu iglesia.

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