viernes, 31 de agosto de 2012

COMENTARIO DEL SALMO 24

SALMO XXIV



Versículos 1—6.

El reino de Cristo y los súbditos de su Reino. 7—10. El Rey

de ese Reino.



Vv. 1—6.


Nosotros no nos pertenecemos; nuestros cuerpos, nuestras almas

no son nuestras. Aun las de los hijos de los hombres son de Dios, aunque no

lo conocen ni admiten una relación con Él. —Un alma que conoce y

considera su propia naturaleza, y que debe vivir para siempre, cuando ha

visto la tierra y su plenitud, se sentará insatisfecha. Piensa en subir hacia

Dios y preguntar: ¿Qué haré para vivir en ese lugar santo y feliz donde Él

hace santa y feliz a su gente? Hacemos nada de la religión si no la hacemos

obra del corazón. Sólo podemos ser lavados de nuestros pecados y

renovados para santidad por la sangre de Cristo y el lavamiento del Espíritu

Santo. Así llegamos a ser su pueblo; así recibimos bendición del Señor y

justicia del Dios de nuestra salvación. —El pueblo peculiar de Dios será feliz

verdaderamente y para siempre. Donde Dios da justicia, Él otorga salvación.

Los que están hechos para el cielo será llevados a salvo al cielo y hallarán lo

que han estado buscando.


Vv. 7—10.


La majestuosa entrada, se refiere a la solemne manera de

conducir el arca a la tienda que David levantó, o al templo edificado por

Salomón para ella. También se puede aplicar a la ascensión de Cristo al

cielo, y a la bienvenida que se le brinda allí. Nuestro Redentor encontró

cerradas las puertas del cielo, pero habiendo hecho expiación por el pecado

por su sangre, con su autoridad, exige entrar. —Los ángeles iban a adorarle,

Hebreos i, 6; preguntan maravillados: ¿Quién es Él? La respuesta es que Él

es el fuerte y valiente; poderoso en batalla para salvar a su gente y someter

a sus enemigos y a los enemigos de su pueblo. —Podemos aplicarlo a la

entrada de Cristo en el alma de los hombres por su palabra y su Espíritu,

para que sean su templo. He aquí, Él está a la puerta, y llama, Apocalipsis iii,

20. Los pórticos y las puertas del corazón tiene que ser abiertas para Él,

como posesión que es entregada legítimamente a su dueño. —Podemos

aplicarlo a su segunda venida con poder y gloria. Señor, abre las puertas
eternas de nuestra alma por tu gracia, para que ahora podamos recibirte y

ser totalmente tuyos; y que, al final, seamos contados con tus santos en

gloria.


 

miércoles, 29 de agosto de 2012

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 24


Los Salmos
Capítulo 24
24:1 De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.
24:2 Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
24:3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
24:4 El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
24:5 El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
24:6 Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
24:7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
24:8 ¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.
24:9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
24:10 ¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria. Selah

lunes, 27 de agosto de 2012

COMENTARIO DEL SALMO 23


SALMO XXIII
Confianza en la gracia y el cuidado de Dios.
“Jehová es mi pastor”. Estas palabras enseñan al creyente a experimentar
satisfacción por el cuidado del gran Pastor del universo, el Redentor y
Preservador de los hombres. Con gozo reflexiona que tiene un pastor y ese
pastor es Jehová. —Un rebaño de ovejas, dulces e inofensivas, que se
alimenta en pastos verdes al cuidado de un pastor tierno, diestro y vigilante,
constituye un emblema de los creyentes traídos de vuelta al Pastor de sus
almas. —La mayor de las abundancias sólo es una pastura seca para el
impío, que se deleita sólo en lo que complace a los sentidos, pero para el
santo, que por fe saborea la bondad de Dios en todo lo que disfruta, aunque
tiene poco del mundo, es pasto verde. El Señor da quietud y contentamiento
mental, cualquiera sea la suerte. Somos bendecidos con los verdes pastos
de los mandamientos; no pensemos que basta con pasar por ellos;
permanezcamos en ellos. —Las consolaciones del Espíritu Santo son las
aguas de reposo a las cuales son conducidos los santos; los arroyos que
fluyen de la Fuente del agua viva. —Son conducidos a las aguas de reposo
del consuelo los que andan en sendas de la justicia. El camino del deber es
el camino verdaderamente placentero. La obra de justicia es la paz. En esas
sendas no podemos andar si Dios no nos guía a ellas y nos sigue guiando en
ellas. El descontento y la desconfianza proceden de la incredulidad; un
camino inestable es la consecuencia; entonces, sencillamente confiemos en
el cuidado de nuestro Pastor y obedezcamos su voz. —El valle de sombra de
muerte puede denotar la aflicción más severa y terrible o la sombría
dispensación de la providencia bajo la cual puede haber llegado a estar el
salmista. Entre la parte del rebaño en la tierra y la que se ha ido al cielo, la
muerte yace como un valle oscuro que se debe pasar yendo de una a otra,
pero, aun en esto, hay palabras que aminoran el terror. Sólo es la sombra de
muerte: la sombra de una serpiente no pica, tampoco mata la sombra de la
espada. Es un valle, sin duda hondo, tenebroso y cenagoso, pero los valles
son a menudo fértiles y, así la misma muerte es fértil en consolaciones para
el pueblo de Dios. Es un camino que atraviesa; no se perderán en este valle,
sino llegarán a salvo a la montaña del otro lado. La muerte es un rey de
terrores, pero no para las ovejas de Cristo. Cuando llegan a morir, Dios
reprende al enemigo; Él las guiará con su vara y las sustentará con su
cayado. En el evangelio hay bastante para consolar a los santos cuando
mueren, y bajo ellos están los brazos eternos. —El pueblo del Señor tiene un
festín en su mesa con las provisiones de su amor. Satanás y los malos no
son capaces de destruir sus consolaciones cuando ellos están ungidos con el

Espíritu Santo y beben de la copa de la salvación que siempre está llena. —
La experiencia pasada enseña a los creyentes a confiar que el bien y la
misericordia de Jehová los sigan todos los días de su vida, y su deseo y
determinación aquí es buscar su felicidad en el servicio de Dios y esperan
disfrutar de su amor por siempre en el cielo. Mientras estén aquí, el Señor
puede hacer grata cualquier situación por la unción de su Espíritu y los
beneficios de su salvación. Pero quienes se satisfarán con las bendiciones
de su casa deben estar cerca de los deberes de esta.

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 23


Salmo de David.
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará yacer: Junto á aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; Guiárame por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida: Y en la casa de Jehová moraré por largos días.