viernes, 3 de diciembre de 2010

Salmo 38

Salmo 38

Salmo de David, para recordar.


1JEHOVÁ, no me reprendas en tu furor,

Ni me castigues en tu ira.

2Porque tus saetas descendieron á mí,

Y sobre mí ha caído tu mano.

3No hay sanidad en mi carne á causa de tu ira;

Ni hay paz en mis huesos á causa de mi pecado.

4Porque mis iniquidades han pasado mi cabeza:

Como carga pesada se han agravado sobre mí.

5Pudriéronse, corrompiéronse mis llagas,

A causa de mi locura.

6Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,

Ando enlutado todo el día.

7Porque mis lomos están llenos de irritación,

Y no hay sanidad en mi carne.

8Estoy debilitado y molido en gran manera;

Bramo á causa de la conmoción de mi corazón. 9Señor, delante de ti están todos mis deseos;

Y mi suspiro no te es oculto.

10Mi corazón está acongojado, hame dejado mi vigor;

Y aun la misma luz de mis ojos no está conmigo.

11Mis amigos y mis compañeros se quitaron de delante de mi plaga;

Y mis cercanos se pusieron lejos.

12Y los que buscaban mi alma armaron lazos;

Y los que procuraban mi mal hablaban iniquidades,

Y meditaban fraudes todo el día.

13Mas yo, como si fuera sordo no oía;

Y estaba como un mudo, que no abre su boca.

14Fuí pues como un hombre que no oye,

Y que en su boca no tiene reprensiones.

15Porque á ti, oh Jehová, esperé yo:

Tú responderás, Jehová Dios mío.

16Porque dije: Que no se alegren de mí:

Cuando mi pie resbalaba, sobre mí se engrandecían.

17Empero yo estoy á pique de claudicar,

Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18Por tanto denunciaré mi maldad;

Congojaréme por mi pecado.

19Porque mis enemigos están vivos y fuertes:

Y hanse aumentado los que me aborrecen sin causa:

20Y pagando mal por bien

Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.

21No me desampares, oh Jehová:

Dios mío, no te alejes de mí.

22Apresúrate á ayudarme,

Oh Señor, mi salud.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Salmo 37 Salmo de David.

Salmo 37

Salmo de David.


1NO te impacientes á causa de los malignos,

Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

2Porque como hierba serán presto cortados,

Y decaerán como verdor de renuevo.

3Espera en Jehová, y haz bien;

Vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado.

4Pon asimismo tu delicia en Jehová,

Y él te dará las peticiones de tu corazón.

5Encomienda á Jehová tu camino,

Y espera en él; y él hará. 6Y exhibirá tu justicia como la luz,

Y tus derechos como el medio día.

7Calla á Jehová, y espera en él:

No te alteres con motivo del que prospera en su camino,

Por el hombre que hace maldades.

8Déjate de la ira, y depón el enojo:

No te excites en manera alguna á hacer lo malo.

9Porque los malignos serán talados,

Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

10Pues de aquí á poco no será el malo:

Y contemplarás sobre su lugar, y no parecerá.

11Pero los mansos heredarán la tierra,

Y se recrearán con abundancia de paz.

12Maquina el impío contra el justo,

Y cruje sobre él sus dientes.

13El Señor se reirá de él;

Porque ve que viene su día.

14Los impíos desenvainaron espada, y entesaron su arco,

Para derribar al pobre y al menesteroso,

Para matar á los de recto proceder.

15La espada de ellos entrará en su mismo corazón,

Y su arco será quebrado.

16Mejor es lo poco del justo,

Que las riquezas de muchos pecadores.

17Porque los brazos de los impíos serán quebrados:

Mas el que sostiene á los justos es Jehová.

18Conoce Jehová los días de los perfectos:

Y la heredad de ellos será para siempre.

19No serán avergonzados en el mal tiempo;

Y en los días de hambre serán hartos.

20Mas los impíos perecerán,

Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros

Serán consumidos: se disiparán como humo.

21El impío toma prestado, y no paga;

Mas el justo tiene misericordia, y da.

22Porque los benditos de él heredarán la tierra;

Y los malditos de él serán talados.

23Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,

Y aprueba su camino.

24Cuando cayere, no quedará postrado;

Porque Jehová sostiene su mano.

25Mozo fuí, y he envejecido,

Y no he visto justo desamparado,

Ni su simiente que mendigue pan.

26En todo tiempo tiene misericordia, y presta;

Y su simiente es para bendición.

27Apártate del mal, y haz el bien,

Y vivirás para siempre.

28Porque Jehová ama la rectitud,

Y no desampara sus santos:

Para siempre serán guardados;

Mas la simiente de los impíos será extirpada.

29Los justos heredarán la tierra,

Y vivirán para siempre sobre ella.

30La boca del justo hablara sabiduría;

Y su lengua proferirá juicio.

31La ley de su Dios está en su corazón;

Por tanto sus pasos no vacilarán.

32Acecha el impío al justo,

Y procura matarlo.

33Jehová no lo dejará en sus manos,

Ni lo condenará cuando le juzgaren.

34Espera en Jehová, y guarda su camino,

Y él te ensalzará para heredar la tierra:

Cuando serán talados los pecadores, lo verás.

35Vi yo al impío sumamente ensalzado,

Y que se extendía como un laurel verde.

36Empero pasóse, y he aquí no parece;

Y busquélo, y no fué hallado.

37Considera al íntegro, y mira al justo:

Que la postrimería de cada uno de ellos es paz.

38Mas los transgresores fueron todos á una destruídos:

La postrimería de los impíos fué talada.

39Pero la salvación de los justos es de Jehová,

Y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.

40Y Jehová los ayudará,

Y los librará: y libertarálos de los impíos, y los salvará,

Por cuanto en él esperaron.

martes, 30 de noviembre de 2010

Salmo 36

Salmo 36

Al Músico principal: Salmo de David, siervo del Señor.


1LA iniquidad del impío me dice al corazón:

No hay temor de Dios delante de sus ojos.

2Lisonjéase, por tanto, en sus propios ojos,

Hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.

3Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;

No quiso entender para bien hacer.

4Iniquidad piensa sobre su cama;

Está en camino no bueno,

El mal no aborrece.

5Jehová, hasta los cielos es tu misericordia;

Tu verdad hasta las nubes.

6Tu justicia como los montes de Dios,

Tus juicios abismo grande:

Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

7¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia!

Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.

8Embriagarse han de la grosura de tu casa;

Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.

9Porque contigo está el manantial de la vida:

En tu luz veremos la luz.

10Extiende tu misericordia á los que te conocen,

Y tu justicia á los rectos de corazón.

11No venga contra mí pie de soberbia;

Y mano de impíos no me mueva.

12Allí cayeron los obradores de iniquidad;

Fueron rempujados, y no pudieron levantarse.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Salmo 35

Salmo 35

Salmo de David.


1DISPUTA, oh Jehová, con los que contra mí contienden;

Pelea con los que me combaten.

2Echa mano al escudo y al pavés,

Y levántate en mi ayuda.

3Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;

Di á mi alma: Yo soy tu salud.

4Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma:

Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.

5Sean como el tamo delante del viento;

Y el ángel de Jehová los acose.

6Sea su camino oscuridad y resbaladeros;

Y el ángel de Jehová los persiga.

7Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;

Sin causa hicieron hoyo para mi alma.

8Véngale el quebrantamiento que no sepa,

Y su red que escondió lo prenda:

Con quebrantamiento en ella caiga.

9Y gócese mi alma en Jehová;

Y alégrese en su salud.

10Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,

Que libras al afligido del más fuerte que él,

Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11Levantáronse testigos falsos;

Demandáronme lo que no sabía;

12Volviéronme mal por bien,

Para abatir á mi alma.

13Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco;

Afligí con ayuno mi alma,

Y mi oración se revolvía en mi seno.

14Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;

Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

15Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;

Juntáronse contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía:

Despedazábanme, y no cesaban;

16Con los lisonjeros escarnecedores truhanes,

Crujiendo sobre mí sus dientes.

17Señor, ¿hasta cuándo verás esto?

Recobra mi alma de sus quebrantamientos, mi única de los leones.

18Te confesaré en grande congregación;

Te alabaré entre numeroso pueblo.

19No se alegren de mí mis enemigos injustos:

Ni los que me aborrecen sin causa hagan del ojo.

20Porque no hablan paz;

Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

21Y ensancharon sobre mí su boca; Dijeron:

¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

22Tú lo has visto, oh Jehová; no calles:

Señor, de mí no te alejes.

23Muévete y despierta para mi juicio,

Para mi causa, Dios mío y Señor mío.

24Júzgame conforme á tu justicia, Jehová Dios mío;

Y no se alegren de mí.

25No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra!

No digan: ¡Hémoslo devorado!

26Avergüencense, y sean confundidos á una los que de mi mal se alegran:

Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

27Canten y alégrense los que están á favor de mi justa causa,

Y digan siempre: Sea ensalzado Jehová,

Que ama la paz de su siervo.

28Y mi lengua hablará de tu justicia,

Y de tu loor todo el día.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Salmo 34

Salmo 34

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelech, y él lo echó, y fuése.


1BENDECIRÉ á Jehová en todo tiempo;

Su alabanza será siempre en mi boca.

2En Jehová se gloriará mi alma:

Oiránlo los mansos, y se alegrarán.

3Engrandeced á Jehová conmigo,

Y ensalcemos su nombre á una.

4Busqué á Jehová, y él me oyó,

Y libróme de todos mis temores.

5A él miraron y fueron alumbrados:

Y sus rostros no se avergonzaron.

6Este pobre clamó, y oyóle Jehová,

Y librólo de todas sus angustias.

7El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen,

Y los defiende.

8Gustad, y ved que es bueno Jehová:

Dichoso el hombre que confiará en él.

9Temed á Jehová, vosotros sus santos;

Porque no hay falta para los que le temen.

10Los leoncillos necesitaron, y tuvieron hambre;

Pero los que buscan á Jehová, no tendrán falta de ningún bien.

11Venid, hijos, oidme;

El temor de Jehová os enseñaré.

12¿Quién es el hombre que desea vida,

Que codicia días para ver bien?

13Guarda tu lengua de mal,

Y tus labios de hablar engaño.

14Apártate del mal, y haz el bien;

Busca la paz, y síguela.

15Los ojos de Jehová están sobre los justos,

Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16La ira de Jehová contra los que mal hacen,

Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17Clamaron los justos, y Jehová oyó,

Y librólos de todas sus angustias.

18Cercano está Jehová á los quebrantados de corazón;

Y salvará á los contritos de espíritu.

19Muchos son los males del justo;

Mas de todos ellos lo librará Jehová.

20El guarda todos sus huesos;

Ni uno de ellos será quebrantado.

21Matará al malo la maldad;

Y los que aborrecen al justo serán asolados.

22Jehová redime el alma de sus siervos;

Y no serán asolados cuantos en él confían.