viernes, 12 de noviembre de 2010

Salmos Capítulo 22

Salmos Capítulo 22

1 Al Vencedor, sobre Ajelet-sahar el lucero de la mañana. Salmo de David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?

2 Dios mío, clamo de día, y no oyes; y de noche, y no puedo estar en silencio.

3 Tú empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

4 En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los salvaste.

5 Clamaron a ti, y fueron librados; esperaron en ti, y no se avergonzaron.

6 Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.

7 Todos los que me ven, escarnecen de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:

8 Remítese al SEÑOR, líbrelo; sálvele él, puesto que en él se complacía.

9 Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar desde que estaba a los pechos de mi madre.

10 Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.

12 Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.

13 Abrieron sobre mí su boca, como león rampante y rugiente.

14 Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.

15 Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.

16 Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.

17 Contar puedo todos mis huesos; ellos miran, me consideran.

18 Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.

19 Mas tú, SEÑOR, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.

20 Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi vida.

21 Sálvame de la boca del león, y de los cuernos de los unicornios líbrame.

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis al SEÑOR, alabadle; toda la simiente de Jacob glorificadle; y temed de él, toda la simiente de Israel.

24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; y cuando clamó a él, le oyó.

25 De ti será mi alabanza en la grande congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Comerán los pobres, y serán saciados; alabarán al SEÑOR los que le buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.

27 Se acordarán, y se volverán al SEÑOR todos los términos de la tierra; y se humillarán delante de ti todas las familias de los gentiles.

28 Porque del SEÑOR es el reino; y él se enseñoreará de los gentiles.

29 Comerán y adorarán todos los gruesos de la tierra; delante de él se arrodillarán todos los que descienden al polvo, y sus almas no vivificaron.

30 La simiente le servirá; será contada al SEÑOR perpetuamente.

31 Vendrán, y anunciarán al pueblo que naciere, su justicia que él hizo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Salmos Capítulo 21

Salmos Capítulo 21

1 Al Vencedor: Salmo de David. SEÑOR, en tu fortaleza se alegrará el Rey y en tu salud se gozará mucho.

2 El deseo de su corazón le diste, y no le negaste lo que sus labios pronunciaron. (Selah.)

3 Por tanto le adelantarás en bendiciones de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

4 Vida te demandó, y le diste largura de días por siglos y siglos.

5 Grande es su gloria en tu salud; honra y hermosura has puesto sobre él.

6 Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu rostro.

7 Por cuanto el Rey confía en el SEÑOR, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.

8 Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

9 Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; el SEÑOR los deshará en su furor, y fuego los consumirá.

10 Su fruto aniquilarás de la tierra, y su simiente de entre los hijos de los hombres.

11 Porque tendieron mal contra ti; fraguaron maquinaciones, mas no prevalecieron.

12 Por tanto tú los pondrás aparte; con tu arco apuntarás a sus rostros.

13 Ensálzate, oh SEÑOR, con tu fortaleza; cantaremos y alabaremos tu valentía.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Salmos Capítulo 20

Salmos Capítulo 20

1 Al Vencedor: Salmo de David. El SEÑOR te oiga en el día de la angustia; te ensalce el nombre del Dios de Jacob.

2 Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sustente.

3 Tenga memoria de todos tus presentes, y reduzca a ceniza tu holocausto. (Selah.)

4 Te dé conforme a tu corazón, y cumpla todo tu consejo.

5 Nosotros nos alegraremos con tu salud, y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; cumpla el SEÑOR todas tus peticiones.

6 Ahora he conocido que el SEÑOR ha guardado a su ungido; lo oirá desde los cielos de su santidad con las valentías de la salud de su diestra.

7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre del SEÑOR nuestro Dios tendremos memoria.

8 Ellos se arrodillaron, y cayeron; mas nosotros nos levantamos, y nos enhestamos.

9 El SEÑOR salva al Rey; que El nos oiga el día que lo invocáremos.

martes, 9 de noviembre de 2010

Salmos Capítulo 19

Salmos Capítulo 19

1 Al Vencedor: Salmo de David. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.

2 Un día emite palabra al otro día, y una noche a la otra noche declara sabiduría.

3 No hay dicho, ni palabras, ni es oída su voz.

4 En toda la tierra salió su hilo, y al cabo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.

5 Y él, como un novio que sale de su tálamo; se alegra, como un gigante, para correr el camino.

6 De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta la extremidad de ellos; y no hay quien se esconda de su calor.

7 La ley del SEÑOR es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del SEÑOR es fiel, que hace sabio al pequeño.

8 Los mandamientos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el precepto del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.

9 El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los derechos del SEÑOR son verdad, todos justos.

10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que licor de panales.

11 Tu siervo es además amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardón.

12 Los errores, ¿quién los entenderá? De los encubiertos me libra.

13 Detén asimismo a tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mí; entonces seré perfecto, y estaré limpio de gran rebelión.

14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, roca mía, y redentor mío

domingo, 7 de noviembre de 2010

Salmos Capítulo 18

Salmos Capítulo 18

1 Al Vencedor: Salmo del siervo del SEÑOR, de David, el cual habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que le libró el SEÑOR de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo: Te amaré, oh SEÑOR, fortaleza mía.

2 SEÑOR, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio.

3 Invocaré al SEÑOR, digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos.

4 Me cercaron dolores de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron.

5 Dolores del sepulcro me rodearon, me previnieron lazos de muerte.

6 En mi angustia llamé al SEÑOR, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

7 Y la tierra fue conmovida y tembló; y los fundamentos de los montes se estremecieron, y se removieron porque él se enojó.

8 Subió humo en su nariz, y de su boca fuego quemante; carbones se encendieron de él.

9 Y bajó a los cielos, y descendió; y había oscuridad debajo de sus pies.

10 Y cabalgó sobre un querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.

11 Puso tinieblas por su escondedero, en sus alrededores de su tabernáculo oscuridad de aguas, nubes de los cielos.

12 Por el resplandor delante de él, sus nubes pasaron; granizo y carbones de fuego.

13 Y tronó en los cielos el SEÑOR, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones de fuego.

14 Y envió sus saetas, y los desbarató; y echó relámpagos, y los destruyó.

15 Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.

16 Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas.

17 Me libró de mi fuerte enemigo, y de los que me aborrecían, aunque ellos eran más fuertes que yo.

18 Me anticiparon en el día de mi quebrantamiento; mas el SEÑOR me fue por bordón.

19 Y me sacó a anchura. Me libró, porque se agradó de mí.

20 El SEÑOR me pagará conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me volverá.

21 Por cuanto guardé los caminos del SEÑOR, y no me volví impío apostatando de mi Dios.

22 Porque todos sus juicios estuvieron delante de mí, y no eché de mí sus estatutos.

23 Y fui perfecto para con él, y me he guardado de mi maldad.

24 Y me pagó el SEÑOR conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de sus ojos.

25 Con el misericordioso serás misericordioso, y con el varón perfecto serás perfecto.

26 Con el limpio serás limpio, y con el perverso serás adversario.

27 Por tanto al pueblo humilde salvarás, y los ojos altivos humillarás.

28 Por tanto tú alumbrarás mi candela; el SEÑOR mi Dios alumbrará mis tinieblas.

29 Porque contigo deshice ejércitos; y en mi Dios asalté muros.

30 Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.

31 Porque ¿qué Dios hay fuera del SEÑOR? ¿Y qué fuerte fuera de nuestro Dios?

32 Dios es el que me ciñe de fuerza, e hizo perfecto mi camino.

33 Quien pone mis pies como pies de ciervas, y me hizo estar sobre mis alturas.

34 Quien enseña mis manos para la batalla, y el arco de acero será quebrado con mis brazos.

35 Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará.

36 Ensancharás mis pasos debajo de mí, y no titubearán mis rodillas.

37 Perseguiré a mis enemigos, y los alcanzaré, y no volveré hasta acabarlos.

38 Los heriré, y no podrán levantarse; caerán debajo de mis pies.

39 Y me ceñiste de fortaleza para la pelea; has agobiado mis enemigos debajo de mí.

40 Y me diste la cerviz de mis enemigos, y destruí a los que me aborrecían.

41 Clamaron, y no hubo quién se salvase; aun al SEÑOR, mas no los oyó.

42 Y los molí como polvo delante del viento; los esparcí como lodo de las calles.

43 Me libraste de contiendas de pueblo; me pusiste por cabecera de gentiles; pueblo que no conocí, me sirvió.

44 Al oír de mí, me obedeció; los hijos de extraños se sometieron a mí aun contra su voluntad ;

45 Los hombres extraños se cayeron, y tuvieron miedo desde sus encerramientos.

46 Viva el SEÑOR, y bendito sea mi fuerte; y sea ensalzado el Dios de mi salud.

47 El Dios que me da las venganzas, y sujetó pueblos debajo de mí.

48 Mi libertador de mis enemigos; también me hiciste superior a mis adversarios; de varón traidor me libraste.

49 Por tanto yo te confesaré entre los gentiles, oh SEÑOR, y cantaré a tu nombre.

50 El cual engrandece las saludes de su rey, y hace misericordia a su ungido David, y a su simiente, para siempre.