jueves, 14 de abril de 2011

EL LIBRO DE LOS SALMOS, SALMO 141

Un Canto de alabanza de David:
¡O YAHWEH, he clamado a ti; escúchame!
Escucha mi súplica cuando te llamo.
2 Deja que mi oración sea como incienso delante de ti,
mis manos levantadas, como el sacrificio de la tarde.
3 Pon guarda sobre mi boca, O YAHWEH;
y puerta fuerte en mis labios.[380]
4 No dejes que mi corazón se incline a cosas malignas,
para emplear pretextos para el pecado
con hombres que son obreros de iniquidad;
guárdame de unirme con sus escogidos.[381]
5 Deja que el justo me golpee con misericordia,
que él me corrija; será un acto de amor.
Que el aceite del pecador no unja mi cabeza,
porque aun mis oraciones serán también en sus placeres.
6 Cuando sus gobernantes sean lanzados al precipicio,
[los perversos] oirán que mis palabras eran convenientes.
7 Como cuando la tierra es arada y desmenuzada,
nuestros huesos están esparcidos a la boca del Sheol.
8 Porque mis ojos, O YAHWEH, están en ti;
en ti yo tomo refugio; no quites mi vida.
9 Guárdame de la trampa que me han tendido,
codiciosas y malvadas que viven a nuestro alrededor, y no de conquistadores extranjeros.
379 Otra vez vemos las gracias a Su Nombre, no apelativos ni sustitutos.
380 Mejor es tener la boca cerrada, Ya'akov escribió que «la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes
cosas» (Ya 3.5). Lashon hara (lenguaje de estiércol), calumnias, chismes, mentiras, leguaje soez.
381 David reconoce que las inclinaciones de la carne y las presiones culturales de afuera conducen a la iniquidad.
Deleites son aquellas cosas que saben bien pero que están prohibidas por la Toráh de Moshe. Simbolizan los pecados
de la carne.

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